El silencio roto. Mujeres contra el franquismo. Fernanda Romeu Alfaro. Madrid: El Viejo Topo, 2002. |
Precisamente hoy, 5 de agosto, recordamos de manera especial
a las “13 Rosas”, 13 mujeres jóvenes, la mayoría de las Juventudes Socialistas
Unificadas (JSU), fusiladas a las 7 de la mañana del 5 de agosto de 1939. Media
hora después que los fueran otros 57 detenidos.
La historiadora Fernanda Romeu aporta
las cartas de las presas, dictadas o autógrafas, los recuerdos y testimonios de
sus compañeras, la memoria en su dimensión de justicia, verdad y solidaridad,
de sororidad.
Ofrece, transcrita por una compañera de celda, la última
carta de Julia Conesa, el mismo día de su fusilamiento. “Salgo sin llorar”,
dice, “Me matan inocente pero muero como debe morir una inocente”. Con dignidad.
“Que mi nombre no se borre de la historia”. Por eso, especialmente hoy
recordamos y ofrecemos el homenaje de la memoria, por quienes fueron y por quienes
fueron como ellas, a las 13 jóvenes asesinadas:
Carmen Barrero Aguado (20 años). Martina Barroso García (24
años). Blanca Brisac Vázquez (29 años). Pilar Bueno Ibáñez (27 años). Julia
Conesa Conesa (19 años). Adelina García Casillas (19 años). Elena Gil Olaya (20
años). Virtudes González García (18 años). Ana López Gallego (21 años). Joaquina
López Laffite (23 años). Dionisia Manzanero Salas (20 años). Victoria Muñoz
García (18 años).Luisa Rodríguez de la Fuente (18 años).
También es importante la labor de recopilación y memoria que
incluya el protagonismo de las mujeres, demasiadas veces oculto, invisible. Fernanda
Romeu Alfaro ofrece en su libro un itinerario colectivo de para la memoria de las
mujeres represaliadas durante la dictadura franquista, y, fundamentalmente,
ofrece el testimonio de las mujeres resistentes durante las cuatro décadas de
la dictadura: “Para que no olvidemos lo que somos, detengámonos hoy y
recordemos, ya que vivimos en una sociedad construida sobre la mentira y la
ambigüedad”.
Un itinerario que se reconstruye, con fuentes orales, entrevistas,
relatos autobiográficos, y documentos de
todo tipo, desde las tapias de los cementerios y las cárceles franquistas hasta
las guerrillas; de las puertas de las cárceles a las primeras movilizaciones de
resistencia; de la acción al compromiso
político, sindical, feminista…
Es una lluvia de nombres de mujeres, relatos de sus vidas,
de sus luchas, de la construcción colectiva de la resistencia civil, política,
sindical, feminista.
Porque, parafraseando a Celia Amorós, recuperar la memoria y
la genealogía feminista es también una tarea emancipadora. Sí. Las mujeres
estaban en la lucha contra el golpe fascista, contra la dictadura franquista,
por los derechos y libertades democráticos, por los valores republicanos, por
la igualdad. Y sí, las mujeres lucharon, luchan, lucharán.
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